Hoy me he dado cuenta que todo aquello que creí imprescindible, incluso permanente no lo es. Ha sido en el único, breve y conciso momento en que miré sus ojos. En ellos pude observar lo que hubo y lo que queda. Al apartar mi vista de aquella trayectoria de resplandor azulado me di cuenta que no necesitaba nada. La indiferencia tiende al olvido. Me da igual.
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