Basta una mala pisada en mitad del camino, una mariposa aleteando tras el cristal de tu ventana, o simplemente un adios sustituyendo al hola que esperabas; es suficiente; suficiente para alzar la vista y no ver nada; suficiente pcomo para caer y decir "puf no quiero levantarme".
Hoy, es un día gris, salgo a la calle y se pone a llover. ¿Hola, donde está mi paraguas?.
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